Cuanto te adoro con la luz del día
tu nombre invoco apasionada y triste
y cuando el cielo en sombras se reviste
aun te llama exaltada el alma mía.
Tu eres el tiempo que mis horas guía
tú eres la idea que a mi mente asiste
porque en ti se concentra cuanto existe
mi pasión, mi esperanza, mi poesía.
No hay canto que igualar pueda a tu acento
cuando tu amor me cuentas y deliras
revelando la fe de tu contento.
Tiemblo a tu voz y tiemblo si me miras,
y quisiera exhalar mi último aliento
abrazada en el aire que respiras.